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CONSUELO MARTINEZ ASTORGA
escritura & neurodivergencias
poesía y otros trabajos
Soy el pájaro despegando,
el que se hunde,
con el alma en las tupidas y plumadas nubes.
Soy el que va en picada
que perfora el mar
y que en el aire cuela el aire.
Soy el que de voz en sol
vuela horizontado,
y vierte las estrellas
Soy el pájaro
Publicado en “La Sombra del Pájaro”
Ediciones Rodríguez, 2012.
Registro de Propiedad Intelectual Nº 220.711
EXPERIENCIAS CORPORALE(E)S
Para Isabel Iriarte León
Se abre mi carne, encorvada de placer, a otra carne que no veo, se entierra en un tiempo invisible y se transmuta mi orbitada dependencia. Vibra una voz en los oídos de mi pecho, persiguiendo trazos desvestidos y mis ojos poseídos por una levedad, se ausentan de la hora que había acordado con el cansancio. Allí, ambos, perdidos de la luna, de la calle, de la mirada comprimida, hacemos un mundo, nuestro mundo. Y el perfume de las hojas que transitamos, me anuncia que página a página nos hemos encontrado. Y si tan solo, tan solo la hora no hubiese tocado la puerta, habríamos concluido, pero vendré pronto, justo cuando el sol nos diga que volveremos a leernos.
Publicado en “Curso de Anatomía",
Kallfü Ediciones, 2015
ISBN: 978-956-362-214-0
IMAGINACIÓN
me concibió
la lluvia,
mi cuerpo se formó en el viento
y luego
me escribo sobre la niebla,
cada palabra de mí misma
transgrede
las voces endurecidas
de una mano
de sangre escribiente
Publicado en “Curso de Anatomía",
Kallfü Ediciones, 2015
ISBN: 978-956-362-214-0
EL CONJURO DE LÉCTOR RÍVANO
Para Carla Muñoz Valenzuela
I
El tiempo dilata los fantasmas
y multiplica su intuición,
limitando el mundo y las formas
que, angustiosas, son posibilidades muertas.
Léctor Rívano los conoce.
Cada tarde, frente al libro
posa sus grandes noches sobre las palabras:
las conjura y son inmortales,
las convierte en espíritus que suplantan su credo
por todo aquello que no es cierto.
Con sus astucias abre el laberinto y sale por él.
Léctor permanece a cuentas con su atávico espanto
y los fantasmas
vuelven a sus polvorientos cajones.
Este conjuro le salva de que enloquezcan sus sufrimientos,
y descubre que mientras descubre el poema
se le transfigura la muerte.
II
Esta es el alma pasajera,
empuñada, tan silenciosa y lejana
que de las viejas páginas enciende el vapor
para despertar al escritor perdido
e imaginarse los lugares que al amanecer no existen.
Léctor bien sabe
que enunciando los paisajes
continuará conjurando la ilusión entre libros.
III
Desde lejos, el trueno habla a los espejos de Léctor,
combatiendo a luz y agua por la tinta de los viejos libros:
para hacer volver el aroma de las aguas desconocidas,
darle patio a las aves que vuelan lejos,
ocultarse tras la voz de un mundo invisible
y empezar por el fuego antes del mar.
IV
Léctor y la noche acercarán las horas, muy cerca,
para que más tarde se unan a crear las hojas
antes de que se vuelen a la memoria perdida.
Se deja al silencio sin relojes
y se convierte en un viento
que, más allá, viajará a las lindes de la emoción.
V
Rívano nació escuchando la música de los poemas.
Antes de fundarse su profundo sueño
ya quemaba sus ojos de carne
con las palabras de sus enterrados escritores favoritos.
Así aprendió que lo invisible es escolta y poción
que sabrán desvanecer las murallas que espantan el alma
y no habrá llave ni lengua más que la suya
que despierten a los árboles muertos.
Publicado en la antología “Plexo Sur: Poesía y Gráfica de Temuco,
Concepción, Valdivia y Valparaíso”, Editorial Segismundo, 2016.
ISBN-13: 978-1515178491

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