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HACIA LA CONVIVENCIA DE LA NEURODIVERSIDAD

SECCIÓN APUNTES


 


A finales de la década de los noventa la socióloga Judy Singer propuso el término NeuroDiversity, un concepto que cambiaría la forma de comprender que las diferencias del cerebro son eso: diferencias; de manera que ciertas condiciones como el TDAH o el Espectro del Autismo no se entenderían como anormalidades sino que como variaciones de los cerebros humanos, de manera que si las personas que por naturaleza son diferentes, los cerebros también lo son.


La comprensión de los seres humanos desde la neurodiversidad es una oportunidad para la inclusión y la convivencia. Ubicarse desde este concepto permite la reducción del estigma o de las creencias de que ‘algo está mal’ en personas que portan condiciones específicas, desplazando la noción de discapacidad y colaborando, sobre todo, en los espacios educativos en la aplicación de enfoques de enseñanza que puedan beneficiar a cada niño, joven o adulto.


Sin embargo, las frágiles políticas públicas y la falta de educación en este ámbito, conllevan a la permanencia de las resistencias y las malas prácticas, especialmente en el ámbito educativo; implica la estigmatización, el acoso, la discriminación e incluso la medicación innecesaria, generando un daño en las relaciones y la sana convivencia entre las personas.


La neurodiversidad comprende una potencial fuerza transformadora para avanzar hacia una sociedad inclusiva, donde las diferencias sean comprendidas como parte de nuestra naturaleza humana, de manera que es altamente necesario procurar que esta pueda permear las distintas esferas de nuestra cultura y sociedad que se encuentra todavía estancada en el ‘no saber qué hacer’ o ‘cómo abordarlo’.



Ilustración: Magda Montero (2019).